En el inicio de nuestro camino en la mezcla de canciones, es normal abrir un proyecto y que el primer pensamiento sea “‘¿qué plugin pongo primero?”. Y es ahí donde la mejor respuesta es: ninguno.
Pero, ¿entonces qué hacemos primero?. Las mejores herramientas para el inicio de una mezcla, y las que van a marcar la diferencia entre una buena mezcla y una que no explote su potencial, no son plugins, sino que están en nuestras pistas y consola de todos los DAW.
En este artículo, vamos a ver cuáles son, cómo usarlas, y por qué son tan importantes. Cuando termines de leer, vas a haber subido el volumen de tus mezclas, y una vez que te acostumbres a implementar lo que aprendiste, lo vas a hacer sin pensarlo en cada proyecto que tengas.
1. Gain Staging: La clave para un sonido limpio y balanceado
Imagina que estás pintando un cuadro. Si usas muy poca pintura, el cuadro puede quedar apagado, pero en cambio, si usas demasiada, se va a ver sobrecargado y lleno de imperfecciones. Lo mismo ocurre con el gain staging, que consiste en controlar la cantidad de señal que entra en cada canal de nuestras mezclas.
Si la señal de entrada es demasiado alta, los procesos como compresión y ecualización van a reaccionar de forma exagerada, y pueden llegar a saturar el canal. Por el contrario, si la señal es muy baja, vamos a tener que ajustar demasiado los efectos y es probable que nunca logremos un procesamiento óptimo.
Para evitar esto, nos tenemos que asegurar de que cada pista tenga un nivel de entrada adecuado. Ayudándonos de un vúmetro en el máster, vamos a tratar de que las señales se encuentren entre -6 y -12 dB. Esto nos permite trabajar de manera más eficiente con los compresores, ecualizadores y otros efectos sin sobreprocesar la señal.
Para ver cómo lo hacemos con ejemplos prácticos, visita nuestro video en YouTube: La verdad sobre EL GAIN STAGING.
2. Balance de volumen: La parte más importante de la mezcla
El balance de volumen representa el 70% o hasta el 80% de una mezcla, ya que conseguir un buen equilibrio entre los niveles de las pistas es lo que va a hacer que nuestras mezclas suenen cohesionadas. Cuando empezamos, tendemos a usar demasiados efectos antes de obtener un buen balance de volumen, lo que termina en una mezcla desordenada y super procesada de manera innecesaria, gastando tiempo, recursos y sacrificando el resultado final.
Una técnica efectiva es equilibrar primero los elementos más importantes de la mezcla (como por ejemplo voces, batería y bajo), y luego ajustar los demás sonidos en función de este esqueleto principal. Lo más importante en este paso es no apurarnos a insertar plugins hasta que no hayamos logrado un buen balance de volúmenes sólo con los faders.
Escucha atentamente tu mezcla. Si un instrumento se siente apagado o pierde presencia, quizás no requiere ningún tipo de proceso extra más que un ajuste en su nivel de volumen.
3. Balance en estéreo: Cómo lograr mezclas más amplias y profundas
El paneo es un aspecto fundamental, pero subestimado en muchas mezclas. Distribuir los sonidos en el campo estéreo puede resolver problemas de enmascaramiento (cuando un sonido tapa a otro) y mejorar la inteligibilidad de la mezcla.
Por ejemplo, podes usar el paneo para dar una sensación más íntima en los versos, con sonidos más centrados, y una mayor expansión en los estribillos, moviendo los instrumentos más hacia los extremos del campo estéreo.
Un buen uso del paneo hace que cada instrumento tenga su lugar en la mezcla, lo que le da más profundidad y claridad, además de que influye en la percepción de la amplitud de la mezcla, haciendo que suene más grande y espacial aunque tengamos pocos elementos en la misma.
Si queres ver cómo aplicar estos conceptos de forma práctica, te invitamos a ver nuestro video: Mejora tus mezclas un 100% | SIN Plugins, donde analizamos este tema con las herramientas nativas del DAW.
Conclusión
Estos tres conceptos básicos: gain staging, balance de volumen y balance en estéreo, son fundamentales para lograr un sonido profesional.
Dominar estas tres etapas de la mezcla, nos permite tener un control adecuado del volumen y del espacio estéreo, dándole claridad y coherencia a nuestra canción sin necesidad de procesos complicados.
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